- ¿Cuándo comenzó tu viaje musical? ¿Cuándo empezaste a crear tu propia música y cuáles fueron tus más tempranas influencias musicales?
- Crecí en el sur de California, donde muchas fuerzas obraron en mí. Cuando era muy joven, hacía constantes visitas al desierto, las montañas y el mar. En estos espacios alejados de la gente y las ciudades, se desvanecen las influencias de la vida moderna. Estas tempranas experiencias fueron lo que abrieron en mí la conciencia de mundos interiores que aún hoy estoy descubriendo.
La música vino después. Empecé a crear música por primera vez a los 19 años. Cuando el mundo que deseaba expresar comenzaba a rebullir en mí, me encontré con el modelo de sintetizador que existía a mediados de la década del 70'. Este fue mi primer instrumento.
- Mucha de tu música se halla atravesada por elementos tribales, por místicos ritmos que impresiona a los sentidos. Algo pasado, arcaico, remoto, arroja la mente como una piedra que vuela en la conciencia universal. Profundos zumbidos, tañidos de tambor, y una deliciosa orquestación de sintetizadores, consiguen hacer presente el pasado tribal, los primeros caminos sonoros de la humanidad. ¿Podrías explicar tu experiencia con lo tribal y cuando comenzó a marcar tu música?
-Desde el comienzo de mi carrera creadora, la suprema fuente de inspiración ha sido el mundo natural y su influencias sobre nosotros a través del sonido. En este proceso he desarrollado también un interés por el modo como otros humanos han expresado la relación entre lo natural y lo sonoro. Australia fue para mí un lugar fundamental en esta exploración. Australia ya me llamaba muchos años antes de mi primer viaje allí en 1987.
En Australia se consumó mi conexión con lo tribal. Nunca pude explicar cómo ni por qué. Quizá, para entender mi experiencia, deberías escuchar DREAMTIME RETURN (el regreso de la época del sueño). La expresión de mi afinidad con lo tribal se encuentra también en ORIGINS y ARTIFACTS. Estas obras fueron creadas unos pocos años después de mi segundo viaje a Australia. Durante mi travesía por aquella tierra mágica, fue una singular experiencia el dormir en antiguos lugares aborígenes salpicados con pinturas rupestres de miles de años, próximos a mi bolsas de dormir. Esos increíbles lugares fueron una suerte de puerta de entrada hacia caminos que no puedo reducir a palabras. La música que compongo busca expresar ese sentimiento inefable. Las cualidades de mi música fueron evolucionando a través de un proceso natural. Cuando por primera vez descubrí el didgeridoo, a mediados de los años ochenta, comencé a combinar su sonido con los sintetizadores. Fue una combinación de lo viejo y lo nuevo, que me posibilitó la construcción de un puente entre dos mundos. El didgeridoo es como una suerte de sintetizador arcaico, que permitía crear poderosos sonidos primordiales. Casi eléctricos. Mi música electrónica es un acercamiento a esos sonidos primordiales. Durante la creación de ORIGINS o ARTIFACTS podía tocar el didgeridoo por un hora o más antes de comenzar la sesión con los instrumentos electrónicos.
Esta sensación de sentirme entre dos mundos, también procede de mi vida en el desierto. En el desierto intento descubrir sonidos como un arqueólogo, pero como un arqueólogo que busca las reliquias del pasado ("reliquias sonoras" en este caso) en su propia conciencia.
Trato de alimentarme también de las culturas no occidentales. Pero no quiero idealizar a esos pueblos y culturas. No quiero convertirme en un aborigen. Soy occidental y, por lo tanto, no pertenezco al mundo tribal. Y esto es lo que hace más fascinante el deseo de aproximación al universo sonoro arcaico.
-¿Qué otros pensamientos guían tu creación musical?
-Vivo una vida casi monacal. Suelo sentirme como un artista o un pintor o escultor que gusta dedicar largos meses al pintar o crear. Ese es el sitio donde me complace estar. Gusto de estar con gente o en el llamado mundo real sólo en pequeñas dosis. Siempre fui así. Crecí como un outsider. Este rasgo de mi carácter no cambió con el tiempo. En mi tarea de difusión de los sonidos primordiales, raras veces encontré colaboradores que estuvieran en mi mismo camino. Vidna Obmana o Vir Unis están entre ellos. Estas colaboraciones me han significado un relajante descanso respecto al trabajo solitario. Y también representó una senda de creación colectiva que me permitió descubrir niveles musicales que no podría haber descubierto solo.
-Algunos de tus trabajos tempranos (como STRUCTURES FROM SILENCE) muchos los consideran el inicio del "meditation album". ¿En la época en que compusiste aquella obra, explorabas más intensamente los estados de conciencia?
-En la época en la que compuse STRUCTURES FROM SILENCE estaba viviendo en la ciudad de Culver, cerca del MGN Studio. En ese momento me sentí sumergido en un interesante espectro de intereses que abarcaban desde otras músicas hasta los inicios de la computación por animación. Era sentirse parte de una tribu tecnológica. Eran los comienzos de los años 80', en la era pre-internet. Pero en el medio de todo aquel caos, nunca dejo de madurar mi deseo de acceder al santuario sonoro. Al santuario de los sonidos primordiales.
(*) Traducción de Esteban Ierardo.
- Crecí en el sur de California, donde muchas fuerzas obraron en mí. Cuando era muy joven, hacía constantes visitas al desierto, las montañas y el mar. En estos espacios alejados de la gente y las ciudades, se desvanecen las influencias de la vida moderna. Estas tempranas experiencias fueron lo que abrieron en mí la conciencia de mundos interiores que aún hoy estoy descubriendo.
La música vino después. Empecé a crear música por primera vez a los 19 años. Cuando el mundo que deseaba expresar comenzaba a rebullir en mí, me encontré con el modelo de sintetizador que existía a mediados de la década del 70'. Este fue mi primer instrumento.
- Mucha de tu música se halla atravesada por elementos tribales, por místicos ritmos que impresiona a los sentidos. Algo pasado, arcaico, remoto, arroja la mente como una piedra que vuela en la conciencia universal. Profundos zumbidos, tañidos de tambor, y una deliciosa orquestación de sintetizadores, consiguen hacer presente el pasado tribal, los primeros caminos sonoros de la humanidad. ¿Podrías explicar tu experiencia con lo tribal y cuando comenzó a marcar tu música?
-Desde el comienzo de mi carrera creadora, la suprema fuente de inspiración ha sido el mundo natural y su influencias sobre nosotros a través del sonido. En este proceso he desarrollado también un interés por el modo como otros humanos han expresado la relación entre lo natural y lo sonoro. Australia fue para mí un lugar fundamental en esta exploración. Australia ya me llamaba muchos años antes de mi primer viaje allí en 1987.
En Australia se consumó mi conexión con lo tribal. Nunca pude explicar cómo ni por qué. Quizá, para entender mi experiencia, deberías escuchar DREAMTIME RETURN (el regreso de la época del sueño). La expresión de mi afinidad con lo tribal se encuentra también en ORIGINS y ARTIFACTS. Estas obras fueron creadas unos pocos años después de mi segundo viaje a Australia. Durante mi travesía por aquella tierra mágica, fue una singular experiencia el dormir en antiguos lugares aborígenes salpicados con pinturas rupestres de miles de años, próximos a mi bolsas de dormir. Esos increíbles lugares fueron una suerte de puerta de entrada hacia caminos que no puedo reducir a palabras. La música que compongo busca expresar ese sentimiento inefable. Las cualidades de mi música fueron evolucionando a través de un proceso natural. Cuando por primera vez descubrí el didgeridoo, a mediados de los años ochenta, comencé a combinar su sonido con los sintetizadores. Fue una combinación de lo viejo y lo nuevo, que me posibilitó la construcción de un puente entre dos mundos. El didgeridoo es como una suerte de sintetizador arcaico, que permitía crear poderosos sonidos primordiales. Casi eléctricos. Mi música electrónica es un acercamiento a esos sonidos primordiales. Durante la creación de ORIGINS o ARTIFACTS podía tocar el didgeridoo por un hora o más antes de comenzar la sesión con los instrumentos electrónicos.
Esta sensación de sentirme entre dos mundos, también procede de mi vida en el desierto. En el desierto intento descubrir sonidos como un arqueólogo, pero como un arqueólogo que busca las reliquias del pasado ("reliquias sonoras" en este caso) en su propia conciencia.
Trato de alimentarme también de las culturas no occidentales. Pero no quiero idealizar a esos pueblos y culturas. No quiero convertirme en un aborigen. Soy occidental y, por lo tanto, no pertenezco al mundo tribal. Y esto es lo que hace más fascinante el deseo de aproximación al universo sonoro arcaico.
-¿Qué otros pensamientos guían tu creación musical?
-Vivo una vida casi monacal. Suelo sentirme como un artista o un pintor o escultor que gusta dedicar largos meses al pintar o crear. Ese es el sitio donde me complace estar. Gusto de estar con gente o en el llamado mundo real sólo en pequeñas dosis. Siempre fui así. Crecí como un outsider. Este rasgo de mi carácter no cambió con el tiempo. En mi tarea de difusión de los sonidos primordiales, raras veces encontré colaboradores que estuvieran en mi mismo camino. Vidna Obmana o Vir Unis están entre ellos. Estas colaboraciones me han significado un relajante descanso respecto al trabajo solitario. Y también representó una senda de creación colectiva que me permitió descubrir niveles musicales que no podría haber descubierto solo.
-Algunos de tus trabajos tempranos (como STRUCTURES FROM SILENCE) muchos los consideran el inicio del "meditation album". ¿En la época en que compusiste aquella obra, explorabas más intensamente los estados de conciencia?
-En la época en la que compuse STRUCTURES FROM SILENCE estaba viviendo en la ciudad de Culver, cerca del MGN Studio. En ese momento me sentí sumergido en un interesante espectro de intereses que abarcaban desde otras músicas hasta los inicios de la computación por animación. Era sentirse parte de una tribu tecnológica. Eran los comienzos de los años 80', en la era pre-internet. Pero en el medio de todo aquel caos, nunca dejo de madurar mi deseo de acceder al santuario sonoro. Al santuario de los sonidos primordiales.
(*) Traducción de Esteban Ierardo.
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