En agosto se celebró la 32ª conferencia internacional de gráficos informáticos y técnicas interactivas llamada Siggraph 2005, en Los Angeles.
Dentro de las tecnologías emergentes fue presentado el proyecto “Shaking the World” (Sacudiendo al mundo).
Ingenieros japoneses (NTT Communication Science Laboratories) han conseguido el control remoto de seres humanos mediante un sistema que estimula eléctricamente el oido interno relacionado con el equilibrio corporal. De esta forma es posible provocar que una persona se balancee hacia uno y otro lado mientras camina, a través de un aparato de telecontrol similar a los de los coches teledirigidos.
Asimismo, el sistema permite que espectadores y amantes de videojuegos perciban como propios los desplazamientos de los actores en la pantalla. También es útil para el tratamiento de algunas enfermedades.
La persona teledirigida bascula de un lado a otro a voluntad de la otra, sin dolor ni incomodidad alguna.
El vestíbulo es el órgano del equilibrio. Registra todos los movimientos del cuerpo y garantiza que podamos mantener el equilibrio. Consta de tres conductos con forma de anilla que están orientados en tres planos diferentes. El fluido que rellena los tres conductos se mueve acorde con los movimientos del propio cuerpo. Además, el vestíbulo también contiene miles de fibras pilosas que reaccionan al fluido y que envían pequeños impulsos al cerebro. Éste los decodifica, ayudando así al cuerpo a equilibrarse.
Investigadores japoneses han conseguido, excitando esa zona del oído artificialmente, mediante electrodos situados en la base del cráneo y con un tipo de auriculares situados alrededor de la cabeza, modificar la forma en que percibimos nuestro entorno, así como controlar nuestro equilibrio y nuestros desplazamientos.
El procedimiento se ha bautizado con el nombre de GVS (Galvanic Vestibular Stimulation). La Estimulación Galvánica Vestibular se ha investigado anteriormente, habiéndose comprobado su influencia en la dirección en que una persona camina, según se explicó en un artículo que publicó en 1999 The Journal of Physiology.
El Galvanismo tiene su origen en el siglo XVIII, cuando el físico Luigi Galvani desarrolló la siguiente teoría: el cerebro de los animales produce corrientes eléctricas que, transferida a los nervios y músculos produce el movimiento de los miembros del cuerpo. Experimentos con cadáveres demostraron entonces que se podía modificar o provocar artificialmente el dinamismo orgánico.
Se trata de una nueva sensación interfaz: el GVS produciría una sensación virtual de aceleración, por ejemplo, sincronizada con el fluido óptico y los ritmos musicales de la sala de cine o de los videojuegos. Según los investigadores, cuando la estimulación tiene una frecuencia alta, de entre uno y dos herzios, los usuarios tienen la sensación de que sus campos de visión y sus cuerpos son sacudidos al ritmo del sonido que escuchan.
Asimismo, la estimulación del GVS no produce la sensación en los usuarios de estar forzados a moverse en una u otra dirección. Es natural y casi inconsciente, y no distrae.
Información extractada del artículo escrito por Yaiza Martínez en “Tendencias Tecnológicas”:
http://www.tendencias21.net/
Dentro de las tecnologías emergentes fue presentado el proyecto “Shaking the World” (Sacudiendo al mundo).
Ingenieros japoneses (NTT Communication Science Laboratories) han conseguido el control remoto de seres humanos mediante un sistema que estimula eléctricamente el oido interno relacionado con el equilibrio corporal. De esta forma es posible provocar que una persona se balancee hacia uno y otro lado mientras camina, a través de un aparato de telecontrol similar a los de los coches teledirigidos.
Asimismo, el sistema permite que espectadores y amantes de videojuegos perciban como propios los desplazamientos de los actores en la pantalla. También es útil para el tratamiento de algunas enfermedades.
La persona teledirigida bascula de un lado a otro a voluntad de la otra, sin dolor ni incomodidad alguna.
El vestíbulo es el órgano del equilibrio. Registra todos los movimientos del cuerpo y garantiza que podamos mantener el equilibrio. Consta de tres conductos con forma de anilla que están orientados en tres planos diferentes. El fluido que rellena los tres conductos se mueve acorde con los movimientos del propio cuerpo. Además, el vestíbulo también contiene miles de fibras pilosas que reaccionan al fluido y que envían pequeños impulsos al cerebro. Éste los decodifica, ayudando así al cuerpo a equilibrarse.
Investigadores japoneses han conseguido, excitando esa zona del oído artificialmente, mediante electrodos situados en la base del cráneo y con un tipo de auriculares situados alrededor de la cabeza, modificar la forma en que percibimos nuestro entorno, así como controlar nuestro equilibrio y nuestros desplazamientos.
El procedimiento se ha bautizado con el nombre de GVS (Galvanic Vestibular Stimulation). La Estimulación Galvánica Vestibular se ha investigado anteriormente, habiéndose comprobado su influencia en la dirección en que una persona camina, según se explicó en un artículo que publicó en 1999 The Journal of Physiology.
El Galvanismo tiene su origen en el siglo XVIII, cuando el físico Luigi Galvani desarrolló la siguiente teoría: el cerebro de los animales produce corrientes eléctricas que, transferida a los nervios y músculos produce el movimiento de los miembros del cuerpo. Experimentos con cadáveres demostraron entonces que se podía modificar o provocar artificialmente el dinamismo orgánico.
Se trata de una nueva sensación interfaz: el GVS produciría una sensación virtual de aceleración, por ejemplo, sincronizada con el fluido óptico y los ritmos musicales de la sala de cine o de los videojuegos. Según los investigadores, cuando la estimulación tiene una frecuencia alta, de entre uno y dos herzios, los usuarios tienen la sensación de que sus campos de visión y sus cuerpos son sacudidos al ritmo del sonido que escuchan.
Asimismo, la estimulación del GVS no produce la sensación en los usuarios de estar forzados a moverse en una u otra dirección. Es natural y casi inconsciente, y no distrae.
Información extractada del artículo escrito por Yaiza Martínez en “Tendencias Tecnológicas”:
http://www.tendencias21.net/
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