
Los cubos están interconectados a un sistema de grabación digital, luces de ambientación y altavoces para reproducir el concierto. Al sentarse en un cubo se genera una nota, cada cubo simboliza a un instrumento clásico. La partitura se va generando a medida que aumente la participación de la gente.
Otro detalle relativamente interesante es el uso del BlueTooth para permitir a las personas con móviles la grabación y envío de sus propios sonidos a la instalación. Es una forma muy lúdica de acercar la música clásica a un público que, en un principio, no tiene por qué estar familiarizado con este estilo, en especial los niños.
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