04 agosto 2006

Los Cantos Huicholes

Los Huicholes viven en la Sierra Madre Occidental, una cadena montañosa en el lado oeste de México.

Allí, unos 50.000 individuos aproximadamente comparten una misma cultura cimentada en mitos e historias que son recreadas durante sus ceremonias. La tradición se sustenta en ellas y en la transmisión oral que conduce los conocimientos de una persona a otra. No hay libros que puedan explicar lo que se ha de vivir. Ellos se cuentan sus experiencias y las lecciones que han aprendido. Por supuesto que les preocupa el sustento, si tendrán buena cosecha, si las enfermedades robarán a alguien de la familia. Como cualquier persona de este mundo. Pero hay algo más que forma parte de su vida diaria y que los hace diferentes: el peyote.

El peyote es un cactus que ingieren para poder acceder al conocimiento. Una planta sagrada que les revela la existencia de otros matices de la realidad. Anualmente recorren alrededor de 500km -ya sea a pie o en camión- para alcanzar Wirikuta, el destino sagrado donde viven sus dioses (en el desierto de Real de Catorce, en San Luis de Potosí). Durante la travesía y a su llegada ejecutan cantos y ceremonias preestablecidas honrando a los diferentes dioses en los que creen, como Tau (el padre sol) o Tatevari (el abuelo fuego). Una vez en el sitio repiten los rituales que han aprendido de sus ancestros y comulgan con el peyote, que crece allí en forma abundante.

“La experiencia máxima es poder ver el Venado Azul. La alucinación nace con un sol que no quema ni brilla. Las montañas y las distancias disminuyen. Todo está al alcance de la mano. Los dioses no están muertos sino vivos. El viento se vuelve voz, y tiene rizos y canta. Las nubes se vuelven múltiples figuras con colores que suben y bajan. No se siente hambre, sed o cansancio, todo es tranquilidad en ese valle sagrado.

Conforme se ingiere más peyote, la alucinación crece. Todo se aclara. Surge la figura de una mujer anciana o de un hombre anciano que irradian paz y sabiduría. Ellos son Cacatyarirri. Los muertos no están muertos. Uno puede visitar sus casas y sentarse junto a ellos alrededor del fuego. Los animales y las personas se entienden, hablan el mismo idioma, y todos viven aquí en Wirikuta. En la soledad más infinita, en un campo de luces grises, aparece el Venado Azul. Y él, guía fiel que conoce los caminos del viento, lo conduce a uno a ver y a hablar con los dioses.

La peregrinación acaba cuando vuelven a sus casas, en donde todos comen y toman el peyote con sus familiares, celebrando el regreso de los hombres, sintiendo cómo hay en sus ojos un brillo sagrado. Mientras, se oye en la montaña una música suave. Los perros no ladran. Es el maraakame, que toca el violín huichol sentado en las raíces de un árbol.” (Ginés Serrán en Minorías Étnicas. Ed. Integral).

Durante una de mis estadías en la comunidad huichola llamada Tatei Kie (San Andrés Cohamiata), Andrés Carrillo Bautista me introdujo en el significado de la ingesta del peyote. Pacientemente me explicó que uno debe ir al encuentro con una pregunta o inquietud, y él contestará, ya sea desde una roca, árbol o animal, o personificado como un chamán antiguo. Además, entre sus enseñanzas cuentan los conocimientos propios dirigidos a cada persona, incluyendo usos de plantas curativas, anécdotas y cantos.

- ¿Ves lo que tienes escrito en tu remera, aquí en el pecho, estas letritas dibujadas? -me dijo una vez el hermano de Andrés, tocándome con su dedo, refiriéndose a unas líneas escritas en mi buzo- pues yo no sé leer, pero verás como ellas se levantan del suelo frente a tus ojos, con un mensaje para ti, flotando, y verás que lo entenderás todo.

Los huicholes tienen un vínculo estrecho con el peyote, pero sería injusto decir que es la única fuente de conocimiento. Ellos recurren a diferentes acciones como el ayuno ritual, la abstinencia sexual (me contaron que previo a realizarse como chamanes deben mantenerla durante 5 años), peregrinaciones a diversos santuarios, penitencias, estudio de las plantas, e interpretación de los sueños, además del uso ceremonial del peyote.

Estas “técnicas” se combinan para alimentar el fuerte nexo que el huichol establece con su mundo: una naturaleza gobernada por dioses con los cuales habla directamente.

“El costumbre” es como ellos llaman a su tradición, ese conjunto de ceremonias que efectúan para pedir una buena cosecha de maíz, para que los liberen de enfermedades, etc. Pero también es para agradecer y permanecer en un diálogo divino que los ennoblece. El huichol canta según le han enseñado sus mayores, sus padres y abuelos, pero también entona los cantos que ha aprendido en la intimidad de su encuentro con los dioses. Letras personalísimias que logran repetir como mantras, planeando sobre unas pocas notas musicales, estableciendo un hilo sonoro monótono que al final será una guía para la visión de otra realidad.

En "semana santa" algunos estuvieron alrededor de tres días sin dormir, cantando, ensimismados en sus plegarias y cantos sagrados. Pero no están aislados unos de otros. En una forma extraña para nuestro conocimiento occidental, cantaron invocando al dios Venado, a quien los chamanes vieron llegar simultáneamente. Durante tres días cantaron y lo llamaron.

- “Pues así le hacemos, lo invitamos, y finalmente lo vemos descender sobre este enorme fuego que rodeamos, y él desciende, acá mismito, frente a nuestros ojos, y vemos el amanecer, todo se ilumina, pero la mayoría de la gente no lo ve, y para ellos aún es de noche. Cuando los demás ven el amanecer, hace rato que nosotros ya lo hemos visto. Entonces la ceremonia termina y ya podemos ir a nuestras casas a descansar”

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Necesito conocer los datos de algun auténtico maraakame, ya que tengo un familiar enfermo de insuficiencia renal y deseo consultarle.

Anónimo dijo...

Modificación:
Por favor, si conoce algún auténtico maraakame, indiqueme donde localizarlo, ya que tengo un familiar enfermo de insufiencia renal y deseo consultarle

Anónimo dijo...

Hola!, alguien podría decirme qué significado tiene la canción de CUSINELA que canta EL VENADO AZUL, agradezco que me envien la letra al mail bereco86@gmail.com

Alejandro Aguerre dijo...

Le sugiero preguntar a Andrés Bautista Carrillo en San Andrés Cohamiata (Tatei Kie), quien podrá asesorarlo correctamente.

Anónimo dijo...

El 9 de Abril próximo sale un grupo en peregrinación a wirrikuta a la caza del venadito y se pueden apuntar todavía personas, hasta el día 20 de este mes. Por supuesto van con un mara'akame. Si hay alguien interesado se puede poner en contacto conmigo en nathalyam35@yahoo.es
En Mexico DF, también mara'akame pasa consultas de medicina.

Saludos

Anónimo dijo...

Alejandro; gracias por su consejo para poder localizar a un auténtico maraakame.

Anónimo dijo...

hola ;) necesito saber titulos o donde conseguir musica huichola es urgente me lo dejron de tarea
:) gracias por su atencion